DOUBT (Dudar à Hacer)
Desde que somos pequeños se empiezan a presentar situaciones en las que nos la tenemos que jugar y ser valientes. Dudar, decidir. En ese momento, se trataba de cosas sin importancia. Eso era ser valiente. Después creces y te das cuenta de que ojalá siguiesen siendo esas pequeñas cosas todas tus preocupaciones. Pero no. Entonces empieza el juego de verdad. Igual estás presionado a estudiar algo que realmente no quieres y tienes que decidir si “no decepcionar” o pelear por hacer lo que realmente quieres. Tu primer trabajo. No me gusta. No estoy bien. ¿Pruebo suerte fuera de España? Monotonía. Quiero romper. ¿Debería hacer ese viaje? ¿Y si me pasa algo? ¿Y si me doy cuenta de que era el amor de mi vida después de dejarlo? ¿Debería seguir a esa persona hasta Australia? Decidir. Hacer. Deshacer. Dudas. Todos nos hemos visto en situaciones así. Y desde bien pequeña lo he tenido claro. No nací para quedarme con la duda. He hecho y deshecho. Me he equivocado. Miles de veces. Pero nunca he podido decir “no lo intenté”, “me quedé con la duda” o “¿qué hubiera pasado si...? Las veces que he acertado, me he dado una palmadita en la espalda y he dicho “Bien hecho Jenny, te arriesgaste y acertaste”. Y, ¿todas las veces que me he equivocado? Pues me he arrugado un poquito en pijama en la cama diciéndome a mí misma “¡quién te manda!!!” y he intentado aprender una lección de ello. Pero sin todos esos aciertos y errores, nunca hubiese llegado a ser quien soy. Todos en el fondo de nuestro corazón tenemos una voz que nos dice que decisión tomar, solo hay que tener el valor de escucharla y hacerle caso. La vida es para los valientes, para los que hacen, para los que no dudan.