Beatriz A
“Un café caliente, por favor” para una mañana de frío o de mucho calor, qué más da. Bebes ese café mientras lees una revista, escuchas las noticias o la conversación de la mesa de al lado. Terminas. Te despides del camarero y piensas que cómo será capaz de tener una sonrisa para todo el mundo. Hoy te propones ser como él y decides sonreír, así porque sí, no necesitas ningún motivo.
Fuera del bar te espera un coche. Desde dentro te saludan con energía; será un buen viaje. Te montas y ponéis rumbo a no sé dónde a ver no sé qué. Mientras, vais hablando de lo bonito que es el paisaje, de todas las cosas que queréis hacer y casi empezáis a organizar el próximo viaje. Conversaciones de lo más intimas, las 3 horas de viaje os dan para conoceros más de lo que creíais que ya hacíais. “Quizá sí que estemos hechos el uno para el otro” piensas.
Llegáis a la que será vuestra ciudad por unos días, muchos coches, mucha gente, hay atasco… en otro momento estarías de los nervios mirando al reloj y gritando con las manos en la cabeza “¡Por Dios, que tengo prisa!” … pero ahora no te importa.
Al fin llegáis a vuestro destino; te bajas del coche y te estiras. Dentro sientes una felicidad rara, como la que se siente en las primeras veces de algo: el primer beso, el primer viaje, tu primera fiesta, tu primer día de universidad…
No sabes si reír a carcajadas o si llorar de la emoción. Te sientes feliz. Te sientes a gusto. Estás con quien amas en un sitio nuevo, con gente desconocida pero muy amable (parece que todos hemos optado por parecernos al camarero de aquel bar), en una ciudad donde podrías perderte por horas y disfrutar de no encontrarte. Te has alejado de lo que te inquieta y ahora solo te preocupa vivir el momento y, sobre todo, disfrutarlo.
Así es como deberíamos vivir, en un viaje constante; con un café caliente en un bar corriente y muchas sonrisas, amando a las personas que te acompañan en tu viaje, disfrutando del momento, incluso de los atascos. Preocúpate por perderte, por sonreír, por conocer, por amar…
La vida es un viaje y tú decides quien te acompaña.