Domingo Q

«Se trata de tomavistas de los años 60’ de súper 8 como se decía antiguamente, lo heredé de mi padre que se dedicaba a grabarnos desde pequeños en todos los lugares. En el hogar, en ciertas ceremonias, con los amigos y hasta en la nieve, ¡vivíamos en Alemania! Constituía un verdadero acontecimiento cuando luego repasábamos juntos y en familia las grabaciones, era mucho mejor que ir al cine. En este sentido, casi no me hace falta ver de nuevo las películas para recordar los momentos tan adorables que vivimos, porque con sólo ver este tomavistas, me transporto a esa época dorada para mí. Además por otro lado, me da cierto reparo ponerlas en el antiguo proyector, ya que se engancha y quema algunos de los fotogramas que se pierden para siempre, como la memoria de mi padre enfermo de Alzheimer y como mi hermana Rocío que ya no está con nosotros».