Anónimo
Esta lupa me la regaló mi padre cuando era muy pequeña, es de gran aumento. A veces no me hacía falta jugar con nada más, ampliaba todo cuanto estaba a mi paso. Soy propensa a perder o dejar cosas en el olvido, pero no esta lupa. La guardo con mucho cariño por el recuerdo que supone para mí y sobre todo el momento en el que me la dio y me puse a jugar con ella, con una simple lupa.
No es por la función que los objetos tengan, ni su utilidad, si no el momento y la persona que te sugiere.