Anónimo
Mi madre siempre ha tocado la guitarra. No en ningún grupo, ni para dedicase a ello, simplemente porque le hacía sentir bien. Cuando mis padres iban a mudarse de su primera casa, mi padre encontró la vieja guitarra de mi madre, que debía de tener un aspecto horrible, y se la regaló a unos niños que pasaban cerca de la casa. Cuando yo tenía 11 años, mi madre me regaló esta guitarra y desde entonces no me he cansado de tocarla. La música me hace sentir bien. Nos queda un largo camino juntas.